19 de diciembre de 2008

Verano prefrancés: Francia, sí; Francia, no

Llegada la carta solo faltaba ponerse a buscar en la Red. Destino: Angers. Google Maps fue el primero en ubicarme. Había miedo por que fuera un pueblo pequeño- Enseguida vi que estaba cerca de Nantes y Le Mans, a hora y media de París en TGV, en los Países del Loira. Mi temor se aplacó al ver que solo la ciudad tiene unos 150.000 habitantes. No es capital de Región pero no es un pueblo de 5.000 habitantes como le había tocado a mi compañera de Máster en Cahors, cerca de Toulouse. Sea como fuere, la operación información ya había comenzado en junio. Los foros me ayudaron hasta a contactar con un antiguo asistente canario que estuvo aquí como asistente y después trabajando, de modo que di con él, y hablamos por teléfono. No hay nada como tener todo de primera mano en vivo y en directo por el hilo telefónico. Incluso diré más, hasta antes de aceptar el puesto de asistente, cosa que no tuve clara hasta agosto, ya sabía quién sería mi compañera asistente de inglés en el mismo Liceo, pues Facebook es sin duda una gran red social de entretenimiento y ocio pero a la vez ayuda a hacer la vida más fácil. Era una americana de Boston con la que actualmente comparto piso... y sorpresas esperaban muchas con ella. 

Verano de 2008, en plena crisis económica y con nuevas fronteras por delante. La búsqueda de trabajo fue como siempre: envío de CV a todos lados y a todos los contactos. El modo fácil pero no muy útil para los que somos de letras, infoJobs.net. Fue a través de este sitio desde el que me llamaron de Enforex en Madrid. Fue para un SummerCamp en Príncipe Pío. Solo fueron 15 días pero como primera experiencia con chicos de 11 a 18 no estuvo nada mal, aunque me tocó el nivel 0, algo que unido a mi gracia añadida inexistente es harto complicado para desarrollarse con los chiquillos. Chicos y chicas de EE.UU., Francia, Rusia, Turquía y Alemania. Y con edades complejas y diversas entre sí. En dos semanas mi conclusión fue que lo más importante de cualquier trabajo y también como profe es la dignidad y hacerse respetar, ya sea con una cara muy seria o bien con el silencio o las dos. Aunque es también necesario mostrar una sonrisa y optimismo, pero cuidado con dar un dedito o un trozo de uña, pues te cogen el brazo entero y te lo amputan si pueden. Evidentemente tenía el mandato de enseñarles español en español. Tarea nada fácil, pero nadie dijo que aprender un idioma sea fácil en los comienzos. Tenía un manual editado por Enforex, pero también usaba mis propoias actividades. Tres horas cada día con ellos por la mañana, se hacía a veces intenso, pues el inglés solo lo tocaba cuando no quedaba más remedio. Una cosa me impresionó de esos chavales: su nivel de inglés es excelente, y se nota que de mala familia no son. Pues pasar parte del verano en Madrid, con el que calor que hace, y cerca del Manzanares en residencias que son Colegios Mayores durante el año y solo para hacer visitas culturales como hacían, todo eso me parecía un crimen para muchos de los chicos y chicas que son tan pequeños y poca cosa. Demasiado intenso. Y eso que Madrid me encanta, pero siendo realistas para pasar el verano cualquier ciudad costera española es más agradecida, y culturalmente se puede visitar y conocer menos pero quizá mejor. 

Después de esto, vuelta al paro unos días. Mi recorrido por academias privadas comenzó de nuevo. Y hubo suerte en julio, pues me llamaron de la academia más conocida a nivel popular, es decir, la que se anuncia en el Metro de Madrid, de la que te dan el folleto publicitario a la salida de las bocas: C.E.E.. Este centro está situado en pleno Sol, en la calle del Carmen, 6. Casualmente mi lugar favorito de Madrid es Sol, y el Oso y su madroño (que por cierto, no es un oso, sino una osa). Entrevista muy gentil y educada, condiciones no tan malas como te pinta la gente, aunque bien es cierto que el convenio profesional para profesores de academias, cuyo nombre exacto no recuerdo, es insuficiente para poder vivir decentemente, creo. Al menos desde mi punto de vista exigente y optimista para poder llegar a un sitio mejor, no solo una academia privada. Estuve todo el mes de agosto y parte de septiembre. Empecé allá con cuatro horas todas las mañanas, de 9 a 13h. Mis grupos constaban de: unas 14 personas chinas, primero; luego, cuatro personas, de Brasil, Marruecos, Polonia y China; y las dos últimas horas una mezcla extraordinaria y exótica: mis queridas ucranianas, las brasileñas, el chaval de Chicago, el simpático italiano y la napolitana italiana también, claro, una palestina, una alemana, etc. Un grupo encantador, y todos eran mayores que yo salvo el americano/estadounidense. Fue con quienes más he aprendido como profesor en formación y posformación continua. El método a seguir es por lo general Sueña, aunque yo he tirado de mucho material propio según convenía. Pero el libro hecho por profesores de Alcalá me parece muy apto y óptimo, salvo en conceptos de actualización, pues rápidamente hay datos desfasados y anticuados. Por cierto, el centro CEE es un edificio característico en su interior, especialmente el ascensor. Terrible en verano, al no haber aire acondicionado, todo mediante ventiladores. De reformas y entre polvo, y con el mayor grupo de estudiantes chinos de español en toda España, diría yo. Usan un manual propio no editado que se usa con el nivel cero o Inicial, y que mis alumnos chinos acabaron un poco harto de él. Querían más y más. Mi jefe, unas de las personas más encantadoras que he conocido como jefe. Los compañeros, apenas había tiempo si acaso para hablar de las clases y de lo personal. El calor, terrible. Los alumnos, para mí son como hijos si ellos te dejan formar un poco parte de ellos, aunque yo podría ser su hijo por edad para la mayoría. Incluso recuerdo que una vez una alumna china que está casada y con hijos se trajo al niño porque no le quedaba más remedio, un chaval de unos 8 años. Me chocó pero evidentemente estuvo allí una hora con nosotros y fue el que entendió absolutamente todo.

Como reflexiones ante esta experiencia: tener una lengua es ver el mundo de un modo diferente a los demás, a los que hablan otra, es decir, a cada lengua una realidad distinta, una panorámica conceptual variada y diversa, aunque con puntos en común entre las lenguas, pero al fin y al cabo distinta. Y ya no hablamos de clichés, prejuicios, hábitos, costumbres, tópicos, etc. Hay algo que me gusta de los asiáticos y los eslavos en general: su educación, la recibida en las escuelas y en las casas, ese modo de ser y ver la vida. Recio y recto pero preciso y exacto. La diferencia entre mis chinos y las dos ucranianas era la sonrisa. El pueblo chino suele mirarte con una sonrisa, ofreciéndote su mejor rostro. Sin embargo, el pueblo ucraniano, por lo vivido, te habla más rígidamente pero se hace querer por tal seriedad y entusiasmo. Yo ya me había olvidado de lo que era levantar la mano en clase para intervenir, pero al ver que una de las ucranianas la levantaba cada vez que quería decir algo y de un modo quizá con gesto un tanto particular, pues me recordaba a gestos políticos con el brazo muy firme y de movimiento rápido. Orden en la pregunta-respuesta. Esto no significa que las demás nacionalidades sean peores o mejores, simplemente diferentes. Hay tantas cosas que contar que mejor pasamos al siguiente paso.

Entretanto, mis viajes cada mañana al centro de trabajo me hacían pensar en ir a Francia o no, cerrar una pequeña puerta en España y abrir otra fuera, continuar en la siempre atrasada España respecto a Europa o salir al país vecino que nos ha dado a todos el mundo moderno, ha decapitado a reyes, ha hecho del laicismo su base credencial, y de la revolución ha obtenido la libertad como bandera junto a la igualdad y la fraternidad como hermanas, al país del queso, de una torre de metal de 110 años, el país de grandes contrastes geográficos, el más turístico del mundo con España en segundo lugar, el país del Tour que ganas los españoles, del Roland Garros de Rafa Nadal, el país del cine en Cannes, del país que fascinó a Julio César, donde nacieron Asterix y Obelix, esos galos tan romanizados, el país del Moulin Rouge, el de la frase de "quieres pasar esta noche conmigo" (lo único que sabe decir la gran mayoría de los españoles en francés, una pena), el país de las huelgas en todos los niveles, el país donde el francés ocupa su lugar, donde el inglés es importante, claro, pero donde el orgullo patrio está muy claro, donde los nacionalismos no son más que algo que no influye en París, donde está la ciudad de las luces, esas luces de la ilustración, donde los españoles se llenaron de arte y riqueza, de donde esa modernidad empepó la lengua española y la afracensó tanto como para ver en el francés una lengua superior, y de lo que nos ha quedado una gran influencia, yo diría que la más grande tras el latín como base (casi el 80%) y por encima del inglés, donde se puede cantar una letra en el himno, donde incluso un gobierno toma ministros del otro lado político para las carteras, donde París es París y parece que no hay nada más, pero al mismo tiempo donde la diversidad cultural es enorme desde hace décadas, donde la mentalidad es quizá más abierta, donde hombres y mujeres quizá estén más igualados, donde se dice que está el mejor vino, también la cocina, y donde el francés es la mejor lengua de conquista, donde dicen que un "je t´aime" no es equiparable a un "te quiero" o un "ti amo" o un "i love you" o un "s´agapó", etc... En conclusión, completé el papel que me vinculaba al Ministerio Español a la vez que a la Education Nationale Française y lo envié. La suerte estaba echada, mejor dicho, la suerte me había echado una buena tirada de dados cuyo resultado estaba por descubrir.

Pero el verano, ese mes de agosto tan intenso en Madrid no fue solo una cuestión de trabajo en CEE, sino que hubo mucho más, mucho más trabajo y un gran acercamiento al alumno extranjero como agente social y portador de su cultura. Pero lo dejaremos para la próxima entrega.

Francia, sí; Francia, no: estaba claro, un no habría sido un gran arrepentimiento. Solo cabía una respuesta y fue convincente: Sí al puesto de Auxiliar.

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